jueves, septiembre 28, 2006

¡Britney Spears no, por favor... confieso hasta lo que cagué el día de mi bautismo!






Dedicado a las tres Diosas mayores del Orbe: Ce, Aluza y Matusa, y también a sus hijos, mis razones para seguir intentando un mundo mejor para los que vienen detrás.

Muchas de estas fotos dieron la vuelta al mundo hace algún tiempo, pero son sólo una muestra de los más brutales atropellos que ha cometido, está cometiendo y cometerá dentro de poco con visos de legalidad la inquisitoria administración de Mr. Devil (Chávez dixit). Estados Unidos está a un paso de legalizar la tortura. Ya ha reconocido (después de negarlo fervientemente durante muchos meses) que tiene prisiones secretas en Europa, y que ahí se ha torturado, al igual que en Guantánamo, en el propio territorio estadounidense y en todo sitio donde el diablo mete la cola. La justificación es la defensa de la humanidad, de los valores democráticos, y no sé cuánta estupidez más. La locura de esta gente y sus esbirros es tanta, que hasta se toman fotos con los torturados, como cualquier turista japonés frente al Partenón o la Torre Eiffel. Hasta la "oposición" interna está confundida, "¿Dónde van a ir a parar los valores que siempres "dijimos" defender? A las cloacas seguramente... si es que nadie hace nada para detener esta locura mesiánica. Hay gente que se está jugando el pellejo en las protestas callejeras y contra la guerra; fíjense cómo les va... los matan a palos. Ellos, los guardianes de los valores occidentales, democráticos y de la libre expresión. Se intuye que Mr. Devil está yendo muy lejos con su locura, y que hay unos cuántos que lo siguen en esa patriada. Obviamente muchos saben quiénes son, y no es precisamente el terrorismo mundial, es el gran capital que domina el mundo, el sionismo internacional y todos los estratos de poder. Pero cuidado, el mundo ya se está hartando de tanta defensa de los valores. ¡Menos mal que nos están defendiendo!
La tortura es una de las cosas más insostenibles de la naturaleza humana, infligir sufrimiento a una persona que está indefensa, sintiéndose dios ante un ser desvalido. Ya si se habla de que se siente placer al torturar (como se puede apreciar en las fotos de este blog), el tipo de trastorno mental del torturador llega a extremos indecibles.
En estos días aparecieron en los periódicos noticias donde se informa que una de las torturas preferidas en Guantánamo consistía en hacerle escuchar a los supuestos terroristas detenidos música de Britney Spears a todo volumen y hasta por 16 horas. Hombre, habráse visto sadismo semejante. Ése sí que es un crimen de lesa humanidad.
Pero nuevamente a cuidarse. Habrá muchos que pensarán: "Bue.. eso es para los terroristas, a mí Britney Spears, minga!
Recuerde, en este mundo de hoy Ud. puede ser terrorista por alguna de las siguientes razones:
a) Pensar.
b) Solidarizarse con los demás.
c) Reclamar lo justo.
d) Apoyar causas nobles.
e) Fomentar la cultura en lugar de la acumulación desmedida del capital.
f) Ver películas de los hermanos Marx (Ud. sería un marxista disfrazado).
g) Divertirese con los Simpsons, que son un cachetazo al "American way of life".
h) Leer este blog.
i) Muchísimas razones más que escaparían a su raciocinio.
En tanto, el Sr. Jorge Julio López, un anciano septuagenario, sigue desaparecido en Argentina, lugar donde Mr. Devil tiene muchos grandes cachorros de Mefistófeles, esos de la "mano de obra desocupada" que siempre sirvieron incondicionalmente a su diabólica causa , que por cierto no está desocupada a la hora de torturar. Los "sin gorra" de hoy en día, esos que siempre fueron y siguen siendo encubiertos y amparados por los estamentos del poder, llámese como se le llame. Ya lo denunció Hebe de Bonafini en pleno retorno a la "democracia" alfonsinista. Siguen estando allí, amparados en las sombras y en el poder, ¡hay que seguir combatiéndolos y denunciándolos!, hasta que nunca más vuelva a desaparecer nadie en ese país (salvo ellos claro está, y para siempre).
Para los que todavía siguen pensando "en algo andarían", se me ocurre preguntar ¿en que andaría el Sr. López más que en denunciar lo más abominable de la condición humana?
Para los que piensan así, no estaría de más sugerir que tal vez un día se les ocurra utilizar una prenda roja o un turbante para ocultar los ruleros o la calvicie, y algún loco torturador los encierre y le haga escuchar durante 20 horas al día la discografía completa de Palito Ortega a todo volumen, o tal vez peor, a Valeria Lynch en pleno apogeo de sus alaridos, y ahí los quiero ver...

jueves, septiembre 21, 2006

Una de las noches más negras




Tal vez una de las noches más negras de la historia de la humanidad sea la que será por siempre recordada por quienes no tienen esa fácil habilidad de la desmemoria ni se avergüenzan de su pasado y lo quieren barrer bajo la alfombra, como la "Noche de los lápices". Hace 30 años la dictadura militar argentina secuestraba y torturaba en el nefasto "Pozo de Banfield" a Pablo Díaz, único sobreviviente y testigo inclaudicable de este hecho de demencia criminal. Cinco días antes varios de sus compañeros y compañeras habían sido desaparecidos, torturados y finalmente eliminados.
En un reportaje acerca de la película que se rodó, Pablo decía:

Sí, a la distancia es así. Yo recuerdo que cuando trabajamos en el guión de la película había un marcado miedo de que la gente nos viera culpables por haber militado en una organización política, algo que hoy es parte de la normalidad democrática. Pero en ese momento trabajábamos contra prejuicios fuertes como el “por algo será”. Allí razonamos que lo importante era reconstruir valores, porque ninguna sociedad admite fácilmente las cosas que dejó pasar aunque luego le horroricen.

Vuelvo a insistir en los desmemoriados que decían eso de "por algo será" o "en algo andarían". Todos andamos en algo en esta vida que nos tocó, y estos chicos de escuela secundaria intentaban conseguir un boleto estudiantil, por supuesto entre otras justas demandas que en tiempos dictatoriales son intolerables. Ese fue el terrible crimen que cometieron. Imagino a más de un militar diciendo esa tristemente célebre frase argentina "hay que matarlos de chiquitos, porque cuando crecen...". En este caso fue literalmente así. Asesinaron a unos chicos. Y a los que no mataron, no los dejaron crecer. Tanta fue la demencia criminal y absurda que veía comunistas, guerrilleros y subversivos hasta en la sopa, que durante los años de la dictadura militar argentina no pudimos difrutar de una de las mejores caricaturas de la historia de ese género: "Don Gato y su pandilla". ¿Sabía Ud. que fue prohibida porque estos dibujos (Si no hubieran sido dibujos también los habrían asesinado) se burlaban de la autoridad constituida, "Matute" en este caso? ¿Sabía que se prohibió por ese entonces la canción "La felicidad", de Palito Ortega, porque con su música se cantaban consignas de apoyo al derrocado régimen de Salvador Allende en Chile, por parte otra de las dictaduras más sangrientas y asesinas que encabezó el chacal Pinochet? Hasta donde yo recuerdo la trayectoria política y moral de Palito no parecería presentar visos comunistas, sino más bien de traidor a su clase (y esto ni Sinatra lo podría negar). Muchos otros testimonios de esta locura son narrados en el maravilloso libro de Stella Calloni, "Operación Cóndor"; y en otro volumen llamado "Un golpe a los libros", editorial Eudeba documenta la sistemática y organizadísima represión y persecusión de toda forma de cultura escrita. Estos monstruos de apariencia humana asesinaron ancianos, niños, mujeres embarazadas, jóvenes, y todo lo que se opusiera a sus dementes designios. Todos sabemos que hay locuras y locuras. Es hermoso verse rodeado de esos "locos bajitos" a los que les canta Serrat en una de sus más bellas canciones. De estos locos y asesinos de uniforme, deberíamos librarnos de una vez por todas y para siempre. ¿El arma? La memoria, la memoria sin reposo.


miércoles, septiembre 13, 2006

Los contratos que firmamos

Colaboración de la Rusa y el Negro, dedicado a los boludos que firmamos y aceptamos condiciones que nunca hemos leído.

Cada vez que abrimos una cuenta en alguna de esas oficinas supuestamente necesarias para existir o bajamos un programa de la computadora para estar actualizados, aceptamos o firmamos esos contratos cuyas cláusulas están escritas en esas páginas interminables que nunca leemos. ¿Qué sucederá el día que esa oficina o la computadora nos exija cierto desconocido cumplimiento de reglas que firmamos? Por ejemplo, usted antes de entrar en esta página debe ver y luego describir con todo detalle este strip-tease de Tita Merello, el perro (o la perra) Corbata y Víctor Sueyro, recién llegadito de la muerte... y hace clik en la ventana de aceptar sin haber leído. Al tiempo un aviso en la computadora: un correo desconocido en su mail, lo lee y dice que será acreedor de mucho dinero ( no importa que ahora, en este blog digamos cuánto, el dinero suficiento por el que cada uno que lea esto sienta que es su precio) si es capaz de recordar el color de la chabomba de la Merello cuando hizo click en aceptar ese programa. Inmediatamente pensamos "Yo no acepté nada" y nos acordamos que en la puta vida leemos esos contratos y solo, para no perder el tiempo el mouse corre a la ventana "aceptar" y acepta. Y nos decimos: ¡qué boudo soy, esa guita me salva la vida! ¡qué carajo hago! Ya aceptamos y lo tenemos a Víctor Sueyro como protector de pantalla, para siempre!!!
Está claro que vamos a seguir sin leer esas malditas palabras ¿cuáles son los riesgos que estamos dispuestos a correr?
a) Podemos haber firmado que aceptamos alojar a un refugiado de un país extraño, que si bien es simpático, se come todo lo que tiene a su alcance, incluyendo nuestros muebles, ropa y a nuestra mujer u hombre, argumentando cuestiones culturales, que para nuestras abiertas mentalidades occidentales son irrebatibles.
b) Firmamos que vamos a luchar de cuerpo presente en las diversas guerras humanitarias que en nombre de los fabricantes de armas son necesarias emprender para racionalizar la existencia o mejor dicho la inexistencia de algunos seres vivos feos, sucios y malos.
c) Aceptamos cumplir con todos los mandamientos, que hasta hace poco eran como diez, pero desde que Plutón ya no es Plutón, como que no estamos tan seguros de nada, ni siquiera de lo que firmamos, pero la verdad que firmamos. Será porque nos gusta como nos salió la firma. Al final de cuentas, como decía Sarmiento, cuando yo voy a la escuela, no importa ni que se cague la abuela.
Se suspende y publica este blog, por falta total de garantías. Y nosotros, como el Sargento Giménez en el vestuario de Gimnasia, nos vamos a casa a dormir, o a tomar mate con tortasfritas, ... si llueve, claro está.

lunes, septiembre 11, 2006

Los sueños de Borges




Borges está solo y sueña. Y se equivoca, en su sueño cree que el instante supremo de soledad es la muerte, y sin embargo es el sueño. Esos sueños moteados de multitudes, o de saltos al vacío sin rostros, o de rozar con las uñas crecidas un esbozo de bonanza. Borges sueña y sigue estando solo. Su sueño es meticuloso, como él. Sueña con los premios, con la fama, que siempre no supo negar, con espejos que rompió en otros sueños y lo llevaron a mil desgracias y pesadillas, de esas que no generaron cuentos, sino que visitaron el más hondo de los infiernos; con colores tenues como el amarillo, ni el rojo ni el azul inflaman sus entrañas. El sueño es tranquilo, y solitario. Borges sueña que ha engañado a todos. Sueña que ha sido un desdichado, y se engaña, o mejor dicho, lo intenta. Sabe que no cambiaría un ápice de su vida por la terrenalidad de los mortales. Ni en sueños envidia los deleites populares; él no tuvo la culpa, pero sus padres no lo engendraron para eso. Sueña con proezas grandes. Con su firma en el libro que le extiende María Kodama, con su seducción, su vista aún intacta, su sexo predispuesto como acaso no pudiera llegar a estarlo nunca. Sueña que su madre está lejos, viaja a Estocolmo, para verlo con su smoking y su premio. Sueña con un país que nunca tuvo. Sueña con todos los países que poseyó. Sueña que a él no lo matará nada más que el tiempo, pues hasta el militarismo le teme a las leyendas. Sueña que arenga a las masas desde una tribuna, y que lo que nunca pudo tener está ahí, al alcance de sus manos. Sólo en sus sueños, y solo, sabe que lo sabe todo. Y se encomienda a los dioses, todos esos con los que siempre se codeó, pero a los que nunca les pudo ganar al truco. Finalmente, y es harto lugar común decirlo, Borges sueña que sueña, que sueña con la muerte, esa a la que ni los genios engañan, sueña que viene por él, solamente a acompañarlo, para que no esté tan solo, y soñando.