sábado, enero 13, 2007

Villa Tour

Dedicado a los grandísimos hijos de puta que siempre hacen e hicieron dinero con el dolor y la miseria ajenos

VILLA TOUR / INTEGRATION EXPERIENCE
How's life in a Buenos Aires "Villa"? Which are their problems and how they enjoy life in this place full of lack but with plenty of creativity, solidarity, sense of humor and human warmth? Taking the VILLA TOUR you are directly cooperating with a comedor infantil, a kindergarten and Art Gallery, and you are also generating employment. Do not let anybody tell you about the tour. Come with us and live it yourself. The tour includes transfer door to door, guaranteed security, specialized guides, ending with a genuine "asado obrero." Run away from ordinariness. Come to the VILLA TOUR.
tel (011)4383 0717 int.36 / fax (011)4383 0717 int.36
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Tal vez una de las mayores sorpresas que me llevé en mi último viaje a mi país fue la de los Villa Tours. Al principio, cuando me lo contaron mis amigos y mi familia, no pude dar crédito a lo que estaba oyendo; pero finalmente terminé cediendo ante las pruebas incuestionables, de la que el infame texto que encabeza esta tragicomicro(ni)queta es una muestra, y como para muestra basta un botón, y de esos hay a patadas...
Cuando se siguen dando signos alarmantes de desintegración social suelen aparecer hechos como este de los Villa Tours, que es sin duda posible en una sociedad que no resiste el acelerado proceso de su putrefacción. ¿Quiénes son culpables de ello? Muchos, sin duda: los gobernantes, en primer lugar, pues permiten que sucedan cosas como éstas y luego se llenan la boca hablando de los derechos humanos. Pero claro, los habitantes de las villas no son humanos para ellos, de otro modo no permitirían que se los mostrara como veraderos monstruos, freaks, curiosidades de este mundo globalizado que vele la pena ver y experimentar. Esto me hace recordar a las ferias mediavales donde se mostarba a los deformes como verdaderos espectáculos dignos de la más atrevida de las curiosidades. Y bueno, parece que no estamos muy lejos del señor feudal, la horca, y los monstruos de todo tipo.
También los villeros traidores a su clase cargan parte de culpa al permitir que esto suceda, y no me cuenten a mí el verso de los comedores infantiles, los kinders y los centros de arte. ¡A otro perro con ese hueso! Espero que los habitantes de las villas que cuentan con dignidad no permitan que esto siga sucediendo. Todas esas cosas que dicen generar los Villa Tours no deberían de manera alguna estar solventadas por la curiosidad animal de esos turistas tarados o "progres" (?) que acuden a echarse ese vistazo experimental a la miseria humana. Y recuerdo ahora el veradero nombre de esos asentamientos: siempre se llamaron "villas miseria". La caridad humana les quitó el apellido. ¿Por qué será? Ni siquiera fueron jamás villas pobreza. Ni para pobreza les alcanzó en su ya larga historia de olvidos. Pero claro, el texto en iglés dice que a pesar de sus carencias, sus habitantes están llenos de solidaridad, creatividad, sentido del humor y calor humano. Sí, señores, se pasan la vida riéndose de su miseria y tienen calor humano los veranos de 40º.
Para qué vamos a comentar la obsecuente y rastrera complicidad y el silencio (salvo honrosas excepciones) de los medios sobre esto. Los medios son, y eso ya no sorprende a nadie, la inyección principal de inóculos para la podredumbre social. Pedirles un llamado a la dignidad es tan vano e inocente como pedirles que abandonen la carne podrida de la que se nutren.
En fin, sigo sin poder digerir esto; sólo podría ofrecer una idea a los compañeros villeros que "gozan" de tan preciado turismo. Se me ocurre que en un medio donde la comida no abunda, podrían organizar un buen asado villero y ofrecerle a los curiosos y bienintencionados turistas un final a toda orquesta. Un argentinísimo asadito humano de turistas, al mejor estilo del protagonista de El pefume, de Patrick Süskind. Eso sí, cuando se decidan, yo pongo los tetrabrick.