¡Por fin sonó un tiro pa'l lado de la justicia!
¡"Pobre" Paris, no es que sea chueca, los zapatos son grandes y prestados!
¡Finalmente todos los defensores de los derechos humanos, las sociedades de beneficencia, la ONU, la Comisión Internacional de Derechos Humanos, el Rotary Club de Villa Caraza, el Ejército de Salvación y la Comisión Directiva del Romperedes Fóbal Clú pueden dormir tranquilos! ¡Liberaron a Paris Hilton!
Cuando todos temíamos que Paris iniciara una huelga de hambre por las injustas condiciones a que era sometida en prisión, y ... Miss Anorexia desapareciera, cuando ya se agotaban los recursos por temer que sus sufrimientos carcelarios superaban con creces el infierno terrenal de Guantánamo –Paris dice: "Quiero que la gente sepa lo que sufrí".–, cuando su voz, su elegancia, y su imprescindible presencia se nos hacían más necesarias que el oxígeno, cuando nos iba ganando la desesperanza, se hizo justicia (no la divina –aunque esta divina merecía la ídem), Paris Hilton ya respira nuestros mismos aires y no los nefastos y pestilentes aromas de "la gayola".
Paris declaró al salir del "tambo" que esta experiencia le había cambiado la vida. Sirva su tormento del encierro, casi eterno para nosotros, para contradecir a los abolicionistas de la cárcel, ya que por el sólo hecho de haberle cambiado la vida a Paris, la prisión justifica sus algo más de 200 años de vida.
Todo esto, que para algunos puede sonar a mofa, no lo es para miles de seguidores de este pajarito anoréxico, tonto y adinerado (sin eso, ¿qué?), que seguramente la esperaban a la salida del "bote" con bombos y platillos, aquellos que siguieron, ahogándose en lágrimas, su reciente calvario a través de la mass media, y para todos los que Paris Hilton representa simplemente "algo".
Y aquí deberán disculparme por excusarlos, ellos no tienen la culpa; los verdaderos culpables son los medios (sí, digo todos, porque nadie se libró de que la pajarita Paris fuese noticia para ellos). Esos medios que manejan al mundo, esos medios que mienten, esos medios que adormecen, esos medios que digitan elecciones, esos medios que taran el cerebro, esos medios que nos roban neuronas, esos medios que nos inyectan sobredosis diarias de banalidad y superficialidad. A los medios y a los poderosos eso les conviene. Pregúntense por qué. Y aquí viene lo difícil... ¡no hay que dejarse! La "pobre" pajarita Paris Hilton no es más que otro botón de la muestra.
¡Finalmente todos los defensores de los derechos humanos, las sociedades de beneficencia, la ONU, la Comisión Internacional de Derechos Humanos, el Rotary Club de Villa Caraza, el Ejército de Salvación y la Comisión Directiva del Romperedes Fóbal Clú pueden dormir tranquilos! ¡Liberaron a Paris Hilton!
Cuando todos temíamos que Paris iniciara una huelga de hambre por las injustas condiciones a que era sometida en prisión, y ... Miss Anorexia desapareciera, cuando ya se agotaban los recursos por temer que sus sufrimientos carcelarios superaban con creces el infierno terrenal de Guantánamo –Paris dice: "Quiero que la gente sepa lo que sufrí".–, cuando su voz, su elegancia, y su imprescindible presencia se nos hacían más necesarias que el oxígeno, cuando nos iba ganando la desesperanza, se hizo justicia (no la divina –aunque esta divina merecía la ídem), Paris Hilton ya respira nuestros mismos aires y no los nefastos y pestilentes aromas de "la gayola".
Paris declaró al salir del "tambo" que esta experiencia le había cambiado la vida. Sirva su tormento del encierro, casi eterno para nosotros, para contradecir a los abolicionistas de la cárcel, ya que por el sólo hecho de haberle cambiado la vida a Paris, la prisión justifica sus algo más de 200 años de vida.
Todo esto, que para algunos puede sonar a mofa, no lo es para miles de seguidores de este pajarito anoréxico, tonto y adinerado (sin eso, ¿qué?), que seguramente la esperaban a la salida del "bote" con bombos y platillos, aquellos que siguieron, ahogándose en lágrimas, su reciente calvario a través de la mass media, y para todos los que Paris Hilton representa simplemente "algo".
Y aquí deberán disculparme por excusarlos, ellos no tienen la culpa; los verdaderos culpables son los medios (sí, digo todos, porque nadie se libró de que la pajarita Paris fuese noticia para ellos). Esos medios que manejan al mundo, esos medios que mienten, esos medios que adormecen, esos medios que digitan elecciones, esos medios que taran el cerebro, esos medios que nos roban neuronas, esos medios que nos inyectan sobredosis diarias de banalidad y superficialidad. A los medios y a los poderosos eso les conviene. Pregúntense por qué. Y aquí viene lo difícil... ¡no hay que dejarse! La "pobre" pajarita Paris Hilton no es más que otro botón de la muestra.
1 Comments:
Esta movida fue una total verguenza. Salio y entro como 3 veces, le redujeron la sentencia.. cualquiera! Se paso el mes antes de ir a la carcel paseando por todos lados con una biblia abajo del brazo... que onda boluda???!! Yo te vi en un video chupando pija, loca.. a mi no me engañas!
Y ahora dice que la experiencia le cambio la vida? Anda boludaza!!!! Le doy un par de semanas antes de verla volcada otra vez por ahi.
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