martes, octubre 17, 2006

Cabecitas negras

Hace unos pocos días se "celebró" un nuevo Día de la Raza. Me pregunto: ¿De qué raza estamos hablando? Porque razas, colores y culturas hay muchos. El que inventó ese día, ¿qué habrá querido festejar? ¿A aquellos que vinieron a saquear, a asesinar, a imponer su cultura, a torturar y matar en nombre de un dios de una cristiandad desconocida en nuestro continente? ¿A aquellos que llegaron desde España, Portugal, Inglaterra, y otros países del mundo civilizado a traernos su "bendita cultura occidental, cristiana e ilustrada"? ¿A esos? Porque existieron europeos que vinieron a trabajar duro, a educar, a hacer de estas las tierras para criar sus hijos, tal vez huyendo del hambre, de las guerras o de cualquier tipo de persecución. Pero el caso es que ahora muchos se llenan la boca despotricando contra el Día de la Raza, y manifiestan argumentos indiscutibles de soberanía y de defensa de la identidad nacional. Bien, yo quisiera saber qué entienden ellos por identidad nacional. Y como el título de esta cro(ni)queta de hoy es "Cabecitas negras", tendremos que referirnos específicamente a los argentinos y a su vehemente manifestación antiracista (contra el Día de la Raza) y el enarbolamiento de los valores autóctonos y nacionales.
Tal vez sería interesante comentar (y aquí el improvisado cronista pide disculpas por su falta de exactitud en las informaciones históricas y cronológicas) que la expresión "cabecita negra" fue popularizada por Eva Perón; personaje que amó y luchó por ellos tal vez como nadie. Y es que cuando Evita llenaba la Plaza de Mayo en todos sus discursos, la visión que ella tenía desde el balcón de la Casa Rosada era la de un mar de cabecitas negras. Creo que en su último discurso, allá por junio de 1952, y sabiéndose gravemente enferma, se dirigió a ellos diciéndoles "mis amados cabecitas negras". Luego, las clases que detentaron, y aún detentan el poder en Argentina, llámense la oligarquía nativa, los aristócratas y los terratenientes, tomaron este término para designar a los veraderos herederos de las tierras que supieron una vez ser de los indios. Ésos de los que nadie se acuerda mucho luego de maldecir contra elDía de la Raza.


En Argentina ya quedan pocos indios. Los mapuches en la cordillera sufren de despojo de sus tierras, de altos índices de tuberculosis y alcoholismo, y del peor mal que puede sufrir cualquier ser humano: el olvido. Hay algunos tobas y matacos en el norte del país, que son explotados por la iglesia católica para fabricar artesanías y como curiosidad digna para estos caritativos emisarios del señor que los pondrían en la revista "Muy interesante". Pocos más quedan: algunos guaraníes en la Mesopotamia y algún que otro descendiente de etnias onas en la Patagonia. Pocos, son muy pocos, y su futuro es tal vez más incierto que el del país donde los "dejan" vivir, al mejor estilo de reservación india gringa. Pero los que están allí y lograron subsistir son los que se dieron en el mestizaje, los "cabecitas negras", los que escaparon al genocidio de Roca y Alsina y sus libertadoras campañas del desierto, o a las matanzas de los ingleses que salían a cazar indios como quien caza perdices. Los "cabecitas negras" están allí, y van a estar mientras el país dure, y mal que les pese a quienes los consideran una raza inferior. Y a pesar de quienes todavía creen que Argentina es la sucursal de Europa en Latinoamérica, y que los argentinos son cultos, cariblancos, bonitos y bonitas e inteligentes. ¿De qué argentinos hablará esa gente? Algunos les dicen directamente "negros", aunque casi no hay negros en Argentina, se los llevó la peste y la fiebre amarilla en la época de la Colonia y fueron carne de cañón en las Guerras de la Independencia.

Pero sucede que ser negro en Argentina es tener el color de la tierra (tal como se definen a sí mismos los indígenas zapatistas), ser "pardos". Y aquí otro sinónimo despectivo, porque nadie para la sinonimia como los argentinos, sobre todo si es despectiva. Nos enseñaron a los "blanquitos" a no mezclarnos con los "parditos". Nadie tenía novios o novias "parditos/as", nadie todavía hoy se casa con un "cabecita negra" si no se le parece fisonómica y culturalmente. ¡Ah, pero eso sí, los argentinos no son (somos) racistas! ¡No, qué va! Y aquí se presenta otra de las grandes mentiras nacionales. No somos racistas, somos racistas y xenófobos, si no pregúntenle a cualquier migrante económico paraguayo o boliviano que va a Argentina en busca de subsistenciay dignidad y se parte el alma laburando y viviendo en una villa miseria. Pero, por supuesto que las generalizaciones son siempre malas, por lo general (sólo para redundar un poco). Y hasta hay argentinos "blanquitos y europeítos" que se codean y se mezclan con "parditos y cabecitas negras". Y si hablamos de generalizaciones, deberíamos tener cuidado con decir: "Los argentinos somos así y asá, y usamos esto y aquello, y nos gusta el tango y pasear por la calle Corrientes...". El país es más grande que eso y muchos de quienes dicen esto nunca fueron más allá de la Gral. Paz. Claro, deberían enterarse que en el interiuor del país hay muchos "cabecitas negras".


Pero volviendo a Evita, sería largo tratar de preguntarse y explicar por qué la querían tanto los "cabecitas negras", y por qué la odiaban tanto los oligarcas. ¿Por qué sería? Algunos la tildaron y tildarán de populista. Tal vez sí, pero la verdad que nadie les dio a estos seres del color de la tierra lo que ella. Muchos dicen que Evita era una resentida social. ¿Será que ese calificativo significa resentirse de las putadas de la sociedad? Nunca lo había pensado así, pero puede ser ¿no? Qué paradójico resulta que una frase nacida del cariño haya sido tomada para el odio y la segregación, pero dicen que las grandes frases sobreviven hasta a sus creadores.


Puede ser que algún día nos demos cuenta que ser "europeítos" no es tan bueno como parece, y empecemos a mirar un poco para adentro, para cambiar ese mundo en que vivimos, que se parece más al color de la tierra que al blanco. ¿O tal vez nos vamos a volver a tragar el anzuelo ese del "Carlo", que nos prometió el primer mundo?

Tengo la absoluta certeza de que los "cabecitas negras" serán un día los verdaderos dueños de Argentina, simplemente por una cosa: son los que levantan casas, los que construyen caminos, los que acarrean bolsas, los que siembran, cosechan, cuidan el ganado, los que ponen el hombro, en definitiva, "los que trabajan en serio", y algún día el mundo recuperará por la fuerza de la necesidad todo lo que implica el concepto de trabajar. Los "cabecitas negras" no se sientan a teorizar, ni mucho menos a escribir (como el croniquetón aquí presente), acerca de la infamia que representa el Día de la Raza. ¿Saben por qué? Porque ellos son LA RAZA.






8 Comments:

Blogger Nemesis said...

Mucho no puedo opinar al respecto, me considero algo "racista" aunque no es racismo... ya que no discrimino a una raza en si, sino ciertos comportamientos y situaciones que no son exclusivamente de los "cabeza". Tenes razon respecto a que son los que construyen, los que trabajan y hacen los trabajos q los trajes no hacen, pero no en su mayoria, asi como tampoco se puede generalizar a los "blanquitos".
El resto corta las calles para reclamar mas dinero en su plan trabajar... y ese facilismo fue inculcado por este peron que tanto quieren. No salen a buscar trabajo, van a pedir un plan trabajar derecho. Obviamente la culpa no es del chancho no?... pero bueno.
Respecto a la evita.. podra haber hecho mucho por sus queridos descamisados... pero ponerte en un palco a llamarlos mis queridos "cabecitas negras" mientras se te cae la mano llena de joyitas, me da la misma sensacion que el papa pidiendo por el hambre en el mundo desde su sala en el vaticano rodeado de oro.
En cuanto a los extranjeros... no somos Suiza, ni Alemania ni cerca siquiera. Yo creo que el tema principal es que ni siquiera los nativos tienen trabajo, y los inmigrantes siguen llegando buscando no se que carajo aca, pero se arma la bataola con ese tema. Primero habria que ocuparse de la desocupacion que afecta a los argentinos y despues poder recibir con los brazos abiertos a cualquier extranjero que este dispuesto a brindar su fuerza de trabajo para hacer un pais mejor (vote lista 666, alejandra presidenta). Tenemos un pais enorme... completamente vacio y sin explotar, todo el mundo se viene para buenos aires, ya ni da. Buenos Aires parece otro pais, vos ves como estan y en la situacion en que se en encuentran ciertas provincias y es tristisimo.
En sintesis no se... porque ya me puse a hablar de cualquier cosa y ni idea de que queria hablar.

9:27 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Linda polemica! Yo no se si considerarme racista porque desde mi lugar detrabajo estoy acostumbrada a trabajar con chicos de distintos sectores sociales y para mi dentro dela escuela sontodos iguales y de hecho he tenido problemas con mi vicedirectora por defender a una chica que es de Los Ceibos y me llamo demagoga y no secuantas cosas mas. El tema es que teniendolos tan cerca y viviendolos dia a dia debo decir que a veces es dificil su insercion en la sociedad lamentablemente ale tiene razon, tienen otros codigos y costumbres, les es mas facil salir a afanar( esta chica tiene primos y tios muertos por droga, tiros, etc)
y porque no salir a cortar puentes para que les aumenten su plan trabajar mientras se sientan a rascarse las bolas durante todo el resto del mes. Su trabajo es cobrar el plan. Y si se los acostumbro a eso.Con respecto a la xenofobia hay otro tema y debo darle la razon a ale otra vez, se vienen a la capital y laburan por 2 pesos y no dignamente. Y al ellos ser manno de obra tan barata la gente de nuestro pais que dignamente pretende cobrar un poco mas se queda sin laburo. No coincido qen que los cabecitas negras sean los que levantan casas hoy dia esperan que el gobierno le busque los medios para levantarlas y a veces caudno hacen viviendas antes de poder ser habitadas los mismos cabecitas negras las saquean y destruyen. Yo no me atreveria a decir que estos cabecitas negars son los mismos que siembran o que laburan un campo. Que hay gente que labura en serio no me queda duda pero no se si estamos hablando de la misma gente. Con respecto al enojo de la gente con la celeb5racion del dia de la raza lo digo desde mi lugar de docente, me parece logico.Cuando yo era chica recuerdo que se festejaba practicamente. Ahora por lo menos en las escuelas se les esta mostrando a los chicos la realidad de ese 12 de octubre, la humillacion y las barbaries que se llevaron a cabo y eso me parece importante. No confundiria a los cbecitas negars con nuestros indios ( o indigenas?) ya que esos si sufren lo que es falta de atencion por parte del estado. Viven haciendo reclamos por tierras que les venden, les afanan y por las miserias que pasan y no son noticia como los piqueteros que encapuchados se cagan a tiros y se muelen a palazos con lo staxistas. Los indios no se esconden porque conservan su dignidad y tiene respeto por su tierra. Los cabecitas negras se cubren el rostro porque no saben lo que es la dignidad, porque no les importa trabajar la tierra sino obtener solo lo que esta les da pero sin esfuerzo, no saben lo que es destrozarse las manos cosechando azucar o curtirse el lomo lburando en las salinas. No mezclemos a los cabecitas negras de Evita con lo que realmente laburan y dejan su alma y vida en el resto del pais que no vemos.
Ceci

10:11 p.m.  
Blogger Nemesis said...

clap clap clap clap clap (aplausos para ceci)!!!!

6:25 a.m.  
Blogger Quijote79 said...

Por un momento pensé que había sintonizado radio 10.........Socorro!!!!!!!

Salutes

5:50 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Perdon pero esta Ceci es la misma que se llenaba la boca ensalsando al Che? Pregunto porque me parece una incongruencia tan grande enaltecer al che pero insultar a los inmigrantes y a la clase trabajadora que no entiendo... En este país (y en todo el mundo, claro) nos han hecho creer que los inmigrantes van a "robar" trabajo a los nativos, ya que ofrecen su trabajo por menos dinero y aceptan trabajar en condiciones insalubres... Pero, claro, Ceci desde su cómodo lugar no se habrá detenido a pensar qué lleva a una persona abandonar su país e ir a otro en donde trabaje por poco dinero y en condiciones menores a la media del lugar. ¿Será porque en su país está peor? Y seguramente, si esto es así, entonces tolerará trabajar en las condiciones que Ceci nos menciona. Pero acaso me pregunto, ¿esta mal que esa persona quiera TRABAJAR y que para conseguirlo deba aceptar condiciones desventajosas? ¿No sería coherente que los estados aseguren que los trabajadores (llamense nativos o inmigrantes) puedan alcanzar un trabajo digno en iguales condiciones para ambos y que allí se vea la idoneidad de cada uno para conseguirlo? Porque además recordemos la cantidad de obstaculos que tiene un inmigrante para conseguir un empleo digno. Porque, no seamos caretas, un boliviano aquí sabe que el empleador aprovechara de su condición para pagarle menos; al igual forma que un estadounidense se abusa de un mexicano o un español de un argentino. Y sólo aceptando esas condiciones podrá conseguir el trabajo y alcanzar lo que anheló al salir de su país: mejorar su calidad de vida. Y por favor, recordemos que estamos hablando de seres humanos que sufren la humillación, el maltrato, el desprecio igual que cualquier de nosotros lo haría; y que trabajar en condiciones infrahumanas no les es ninguna gracia. Que quede claro. El debate esta abierto, pero no olvidemos estas cosas. Y si, cortemos un poco la onda Radio10 por favor...

11:03 a.m.  
Blogger emimx said...

mi vieja a mi abuela, le dice "cabecita negra" sin ir mas lejos...

Pero yo, soy diferente!

saludos!

7:21 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Lindo final de nota ... "los cabecitas negras hacen caminos, connstruyen , aran etc,etc,erc... pero no teorizan ni mucho menos se ponen a escribir..." SOS UN ASCO. DEDICATE A OTRA COSA. VOS DEBERIAS DEJAR DE ESCRIBIR. (Y te das el lujo de hablar de discriminación racial). Ponete a estudiar mejor

7:54 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Detesto el anonimato.

1:12 a.m.  

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