lunes, octubre 02, 2006

¡¡¡2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA!!!



Hoy, 2 de octubre de 2006 se cumplen exactamente 38 años de unas de las masacres más horrendas y sangrientas perpetradas por el terrorismo de Estado: la matanza de estudiantes y obreros en la Plaza de Tlatelolco de la Ciudad de México. A un paso de donde se encuentra la Plaza de las Tres Culturas, en homenaje a las culturas indígena, hispana y mestiza. A un paso de la "cultura" se enseñoreó nuevamente la "cultura de la muerte absurda, sanguinaria e intolerante". Muchos mexicanos y también muchos otros que no lo son mantienen viva la memoria de ese hecho y siguen luchando para que jamás se olvide, se haga justicia, se castigue a los culpables que siguen vivos y sueltos, y aparezcan con vida los desaparecidos ese día.



El nombre del entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, el de su esbirro y lacayo más cruel, Luis Echeverría Álvarez, que sería el siguiente presidente del país –tal vez en premio a la ejecución intelectual de tal acción– y los de muchos otros que siguen gozando de la impunidad, quedarán por siempre manchados de la sangre de su pueblo. El buen señor Echeverría, que aún vive entre las pesadillas que ni los dioses le evitarán, alude desmemoria ante el hecho, ante las miles de farsas de los hipócritas que lo han citado una y otra vez; de nada se acuerda, de nada se responsabiliza. En tanto, padres y muchos testigos valientes de la historia bregan por que algún día se haga justicia. Sí, aquí en la tierra, y ahorita nomás.






Todos los años miles de personas marchan hacia la Plaza de Tlatelolco en este día. Ellos son los que no permitirán que se sepulte la memoria. Que nunca vuelvan a aparecer los francotiradores, el Batallón Olimpia, los Halcones, el Ejército, los parapoliciales. Todos los que salieron a cazar gente como si fueran animales en los alrededores de la plaza y en las unidades habitacionales de Tlatelolco. Todos esos que asesinaron, torturaron y desaparecieron no deben volver nunca más.




En este día, que en Oaxaca está por suceder algo similar, ya que el tigre está afilando ya sus garras y colmillos, la memoria es más importante que nunca. Acordarse de Tlatelolco, del 2 de octubre de 1968, implica no tener que acordarse de Oaxaca en octubre de 2006, porque en Oaxaca no se tiene que repetir lo más nefasto que la historia produce. Y no hay que olvidarse de esto: quien se olvida de su pasado está propenso a que le vuelva a ocurrir. Por todo eso: ¡el dos de octubre de 1968 ni se olvida, ni se perdona... ni se repetirá jamás!

1 Comments:

Blogger Nemesis said...

Me parece asqueroso que éste tipo de cosas puedan pasar, en donde sea, con total impunidad. Que un montón de hijos de puta asesinos de sangre fría se den la libertad de torurar, matar y hacer desaparecer gente con la misma ligereza y falta de consciencia que hacen las compras en el super es aberrante. La sensación de impotencia me colma el alma.

6:30 p.m.  

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