¡Britney Spears no, por favor... confieso hasta lo que cagué el día de mi bautismo!



Un poquito de todo, como en botica, ¿vio?
Vuelvo a insistir en los desmemoriados que decían eso de "por algo será" o "en algo andarían". Todos andamos en algo en esta vida que nos tocó, y estos chicos de escuela secundaria intentaban conseguir un boleto estudiantil, por supuesto entre otras justas demandas que en tiempos dictatoriales son intolerables. Ese fue el terrible crimen que cometieron. Imagino a más de un militar diciendo esa tristemente célebre frase argentina "hay que matarlos de chiquitos, porque cuando crecen...". En este caso fue literalmente así. Asesinaron a unos chicos. Y a los que no mataron, no los dejaron crecer. Tanta fue la demencia criminal y absurda que veía comunistas, guerrilleros y subversivos hasta en la sopa, que durante los años de la dictadura militar argentina no pudimos difrutar de una de las mejores caricaturas de la historia de ese género: "Don Gato y su pandilla". ¿Sabía Ud. que fue prohibida porque estos dibujos (Si no hubieran sido dibujos también los habrían asesinado) se burlaban de la autoridad constituida, "Matute" en este caso? ¿Sabía que se prohibió por ese entonces la canción "La felicidad", de Palito Ortega, porque con su música se cantaban consignas de apoyo al derrocado régimen de Salvador Allende en Chile, por parte otra de las dictaduras más sangrientas y asesinas que encabezó el chacal Pinochet? Hasta donde yo recuerdo la trayectoria política y moral de Palito no parecería presentar visos comunistas, sino más bien de traidor a su clase (y esto ni Sinatra lo podría negar). Muchos otros testimonios de esta locura son narrados en el maravilloso libro de Stella Calloni, "Operación Cóndor"; y en otro volumen llamado "Un golpe a los libros", editorial Eudeba documenta la sistemática y organizadísima represión y persecusión de toda forma de cultura escrita. Estos monstruos de apariencia humana asesinaron ancianos, niños, mujeres embarazadas, jóvenes, y todo lo que se opusiera a sus dementes designios. Todos sabemos que hay locuras y locuras. Es hermoso verse rodeado de esos "locos bajitos" a los que les canta Serrat en una de sus más bellas canciones. De estos locos y asesinos de uniforme, deberíamos librarnos de una vez por todas y para siempre. ¿El arma? La memoria, la memoria sin reposo.